Corrimos hasta localizar la manada de ciervos, en ese momento mis sentidos se dispararon. Me puse tensa y me fui acercando a lo que parecía ser un ciervo bastante joven, tendría muy buena sangre. Seguimos la caza, y como siempre Jack fue un bestia y se destrozó la camisa que llevaba.

- ¿Siempre tienes que destrozar toda la ropa que llevas puesta cuando cazas?- le dije sarcástica

- Pues claro, si no... no tiene gracia- y acto seguido se rió de su propio chiste


Seguimos con la caza y cuando ya terminamos con algunos ciervos Jack nos propuso hacer algo de ejercicio e ir a la playa más cercana.

- Pero tu estas loco!!! Mañana tenemos clase y no creo que nos dé tiempo venir, la playa esta a mucha distancia...- le repliqué yo, pero me corto


-Venga, será divertido. Además así hacéis ejercicio- nos dijo Jack con una sonrisa sabiendo que al final me convencería


- Esta bien....-dije yo al cabo de un rato, pensando que tardaríamos una media hora en llegar corriendo y ese tiempo valía si nos atrasábamos


- ¿Ves? A que no es tan difícil dicirme que si- dijo sonriente


Corrimos, me encantaba esa sensación de libertad que se tenía. Era una de las cosas que más disfrutaba, ese reconocimiento de velocidad, parece que estas volando porque tus pies apenas rozan la superficie del suelo. Lucy se quedó un momento quieta para ver a unas ardillas que según ella eran muy monas, por lo que tuvimos que esperarla.


Por fin la playa, ese olor a agua y sal que te invade cuando estas cerca de una, me encantaba. Disfrute mientras todos llegaban a la orilla, en donde las pequeñas olas nos rozaban los pies. Estaba a una temperatura considerablemente caliente, y eso que solo estábamos en mediados de octubre. Pronto empezaron las quejas por parte de Flora y Lucy, Jack intentaba tirarlas al agua y ellas no querían, por lo que se lió una pelea. Al final acabamos todos mojados, como era de esperar.

- Bueno, ¿nos vamos ya?, se hace tarde y no quiero llegar tarde- dije andando hasta la orilla

- No te preocupes tenemos tiempo de sobra, además seguro que con tus buenas notas se les quita todo el cabreo a los profesores- dijo Jack riendo
- Venga...vamos, que no quiero problemas- dije poniendome en camino y esperando a que los demás me siguieran

La primera en obedecerme fue Flora, seguida de Lucy y Charlotte y el último fue Jack.

- ¿Ves? al final tu tampoco me puedes negar algo- dije con una sonrisa


Mientras corríamos veíamos el amanecer. Dentro de unos minutos había que estar en clase y tendríamos que darnos prisa, por lo que corrimos todo lo rápido que podíamos.

- Lucy, en esta ocasión no te pares, si no tendré que matar a todas ardillas que encuentre por el camino para que no te entretengas- le dije riendo por su cara de susto al decir eso- no me mires así, que a mi también me gustan muchos los animalitos pequeñitos.


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Perdón, perdón, perdón ya no sé que mas decir para disculparme. Lo siento por haber tardado tanto, creo que ya llevaba unas dos semanas sin escribir, pero es que no he tenido tiempo. Entre las nuevas clases, los examenes y los deberes no he podido subir, ya no sé de donde sacar tiempo. Espero que la próxima entrada tarde menos y en mi otro blog digo lo mismo, que no tengo tiempo. Espero que les haya gustado la entrada ^^



- Jack!!!- grité al salir del coche

Corrí todo lo rápido que podía y en menos de un segundo ya me encontraba a su lado abrazándolo, hacía tanto que no lo veía...


- Eehh...pequeñaja ¿como estas?- dijo mientras me revolvía el pelo y me apartaba de él para verme mejor

- ¡Pues contenta de que estés con nosotras de nuevo!¡Y sabes que no me gusta que me llamen pequeñaja!- le dije con una gran sonrisa


- Esta bien...- me dijo mientras se volvía hacia Lucy y Flora- Veo que ustedes tampoco habéis cambiado mucho.

- Pero que dices, ¿y estas extensiones que me echo no son nada, cierto?- dijo Flora señalándose su pelo mientras se deshacía de su abrazo

- Esta bien, tienes razón, me debería haber fijado un poco más. ¿Y tu también te pusiste extensiones?- dijo riéndose y volviéndose a Lucy para abrazarla también

- No, yo me quedé con mi pelo natural jeje- dijo ella riéndose también


Eso era una de las cosas que más me gustaban de Jack, su buen humor y su sonrisa se contagiaban. Entramos en la casa, más para ser cordiales que por necesidad, ya que no nos importaba estar de pie toda la noche. Entramos en el salón y nos sentamos en los sofás, Jack y Charlotte juntos, pues no se habían separado desde que lo vimos, y yo y las demás chicas en el del al lado. En ese momento llegó mi padre.
- Veo que ya habéis visto a Jack- dijo cuando nos vio
- Sí, se me echaron encima nada más verme- dijo Jack riendose como siempre
- Sabes que mañana tienes que ir a clase- dijo mi padre sentándose en su gran butaca- ¿Cuanto hace que no comes?, tienes los ojos muy oscuros y no queremos que mañana en clase lo pases mal, ¿no?
- Pues la verdad hace ya cerca de dos semanas- dijo un poco avergonzado y bajando las vista
- Pues en ese caso será mejor que os deis prisa sin queréis pillar algo, ¿no?- dijo mi padre sonriendo también
- ¿Quien se viene conmigo?- dijo Jack levantandose de un salto y sonriendo
- Yo!!!- dijeron Flora y Lucy a la vez
- En ese caso yo también iré- dije con tono irónico
A Charlotte no había que preguntarle, llevaba todo el tiempo detrás y de Jack, la pobre llevaba mucho tiempo sin verle.
- ¿Tu no vienes, Andrew?- dijo Jack refiriéndose a mi padre
- No, estoy bien ahora mismo- dijo volviéndose para salir de la sala
- Entonces vamos- dijo Lucy sonriente y cogiendo a Jack de la mano
Salimos de la casa, fuera era de noche pero la luna llena brillaba mucho, aunque no le necesitábamos pues veíamos perfectamente. Mientras rodeábamos la casa Flora y Lucy le iban diciendo a Jack a quien correspondían las habitaciones y donde se encontraba el jardín. Salimos a campo abierto y andamos hasta el bosque, que se encontraba a un kilómetro más o menos de la casa. En ese momento corrimos y en menos de cinco minutos ya nos encontrábamos en el bosque profundo.
- He localizado una manada de ciervos- dijo entonces Jack
- Sera un buen entrante, ¿no te parece?- dijo entonces Charlotte sonriendo y corriendo al lado de Jack


No podía creerme lo que había ocurrido ¿Llevaría razón Lucy y lo había imaginado todo? No, no tenía sentido. Seguí caminando y buscando a alguien con quien hablar, aunque en el fondo sabía que Max sería el único a quien le podría preguntar acerca del chico extraño. Lo encontré conversando con una chica, recordé que ella fue la que se me presentó el primer día de clase, pero no le dí importancia.


- Hola- saludé yo intentando ser amable



- Hola, esto...te presento a Elena- dijo refiriéndose a la chica



- Encantada- dije yo sonriendo, a lo que ella me apremió con otra



- Ella... bueno, seguro que ya sabes su nombre, Luna- dijo timidamente refiriendose a mí



Estuvimos hablando, bueno más bien yo estuve hablando de los lugares en donde había estado y ellos escuchaban con interés. Cuando di por finalizada la conversación sobre mí, me atreví a hablarles sobre el misterioso chico.



- Por cierto, ¿todos los de las fiesta son del instituto? Es que me pareció ver a algunos chicos mas mayores- dije yo como algo pasajero



- Sí, todos son del instituto- dijo Max como si fuera obvio- ¿Por?



- Por nada, por nada- dije yo apresuradamente- ¿seguro que no se ha colado nadie de fuera?



- No, que yo sepa- dijo mirando toda la sala- ¿tu sabes algo?



- No- dijo Elena pensativa- puede que ande cerca el hermano de Julián, el dueño de la casa, aunque lo dudo, estaba en la ciudad según tengo entendido.



Entonces me despedí, seguro que si era del instituto algún día me lo cruzaría. Pero no podía quedarme de brazos cruzados, tenía que verlo. La casa no era muy grande, bueno no tanto como la mía pero si que tendría que buscar bien para encontrarlo. Pasé a través de los cuerpos contorsionados, no sé como a eso lo llamaban bailar, pero en fin...las épocas cambian. Me situé en un lugar mas o menos espacioso, lo suficiente para echar una rápida miradita si me ponía de puntillas. Paseé la mirada a través de la sala, ni rastro de él. Seguí caminando hacia la siguiente sala, nada tampoco, ni en la siguiente. Entonces pensé en el patio, en donde se encontraba la piscina. Allí tampoco lo encontré y ya desesperada se me ocurrió mirar en la cocina o en alguna terraza. Entré de nuevo en la casa y pasé a lo que debería ser la cocina, ya que olía a comida. No había nadie, estaba vacía, me atreví a echar un vistazo a la despensa pero no había nadie tampoco. Entré en el salón mas grande, en donde antes vislumbre una gran terraza.


Entré en el, la luna llena brillaba hermosa pero sentí la presencia de alguien, me giré hacia el lado para ver una silueta esbelta y ágil, con un aire gatuno. Me quedé parada, como si me hubieran petrificado allí mismo, volví a encontrarme con esos ojos azules, pero a la luz de la luna tenían un reflejo extraño, brillaban con una luz plateada que hacia que apartaras las mirada. En su mirada pude ver odio, pero ¿odio por qué? Ese chico me intimidaba y pocas personas podían hacerlo, me sentí pequeña, insignificante. Cuando volví a alzar la mirada no había nadie. Un torrente de preguntas llegaron a mi cabeza, pero no tenía tiempo de responderlas, la fiesta había acabado y muchos de los invitados ya estaban saliendo. Salí de allí y me dirigí a mis hermanas, que ya estaban despidiendose de todos. Conducí a la casa, pero cuando llegué salí del coche disparada. En la puerta, esperándonos estaban Charlotte y junto a ella, abrazándole, se encontraba Jack...



Cuando ya bajamos las escaleras, la voz telepática de mi padre llegó hasta mí. "¿A donde se dirigen?" me preguntó. "A una fiesta a la que me invitaron" le respondí yo mentalmente. "Vaya...el primer día de clase y ya tienen una fiesta, veo que os adaptáis bien" me dijo mi padre. "¿Eso es que nos das permiso para ir?"le pregunté yo. "Claro que sí, y divertios mucho" dijo el contento.
Salimos de la casa en el coche de Lucy, un Volkswagen Beetle rosa. Aunque les dije que llamaría demasiado la atención, a ellas no les importó. Y así pasamos por la calles hasta llegar a la casa apuntada en el papel. Aparcamos en unos metros de la entrada, ya que en esta no había muchos coches. Cogimos nuestros respectivos bolsos y salimos fuera. En la entrada de la casa se amontonaba ya un gran grupo de adolescentes.
- Eehh!!! Habéis venido!!!- nos gritó Max nada más cruzar la entrada.
- Sí, pensamos que sería divertido- dijo Flora con una sonrisa que casi lo deja atontado
- Bueno, pasar. ¿Queréis beber algo?
- No, preferimos no beber- dije yo enseguida
- Oohh...en ese caso estaré por aquí- dijo volviéndose a un grupo de gente que lo aclamaba
Yo me fui a sentarme en un sofá. Al menos nuestra ropa no llamaba tanto la atención esta vez, ya que todas la chicas iban muy provocativas por decirlo de algún modo. Estuve estudiando la estancia con la mirada, encontré a algunos de los estudiantes de mi clase. Me pregunté a quien pertenecía la casa, ya que era Max quien me dio la dirección decidí pasar un rato en su compañía. Al menos hasta que se me pasara el aburrimiento. Lo encontré apoyado en una de las columnas de el salón, todo estaba abarrotado de gente bailando y riendo. Me acerqué a él y le dí unos golpecitos en el hombro, entonces se giró y me miró de arriba a abajo.
- Hooooolaaaaaaa- me dijo gritando para hacerse oír entre la música y el griterío
- Hola, ¿qué te parece si salimos a un sitio con menos jaleo?- le dije gritando también para hacerme oír
- De acuerdo, además me estaba empezando a agobiar- me dijo mientras caminaba a lo que parecía ser un patio interior.
Fuera estaba nublado, para gran alivio mio. Tenía una gran piscina en el centro y cerca de esta unas cuantas hamacas. Max paseó la mirada por el gran patio y me indicó que lo acompañara hasta una de las hamacas. Yo lo seguí, que otra cosa iba a hacer. Me senté en una mientras el se acomodaba tumbándose en otra al lado de la mía.
- ¿De quién es esta casa?- pregunté yo sin más vacilaciones
- Creo que lo conocerás, esta en unas cuantas clases contigo, creo. Se llama Julián- me dijo tranquilamente
- Sí, lo conozco se me presento en cuanto tuvo ocasión- le dije yo en apenas un murmullo
- No lo he visto en toda la tarde- dijo mirándome sin apartar la vista
Otra vez volvía a pensar que Max era muy extraño incluso para tratarse de un humano. Ninguno, a excepción de unos cuantos habían aguantado tanto tiempo mirando fijamente a un vampiro. Por lo que volví la cabeza rápidamente al escuchar entrar a más gente en el patio y tirar a una pobre muchacha al agua con la ropa que llevaba puesta. A ella siguieron unos más, por lo que pronto todo el patio que hace unos minutos había estado desierto a excepción de Max y yo se volvía ahora en el corazón de la fiesta. Decidí alejarme de allí, pasé junto a Lucy, quien parecía estar pasándoselo en grande junto con un grupo de chicos sin ninguna mujer a excepción de ella. "Por favor, que solo es una niña consentida, ¿cómo puede atraer tanto?" me pregunté mientras pasaba a su lado y ella ni se daba cuenta. Entonces lo sentí, como si me hubieran tirado a una bañera de hielo y me estuviera recorriendo el cuerpo. Miré a todos lados para saber de qué se trataba esa sensación tan extraña. Entonces lo encontré, una mirada de unos profundos ojos azules que helaban y hervían mi cuerpo al mismo tiempo. Me sentí extraña de nuevo, no podía apartar los ojos de aquel extraño chico. Se perdió en la multitud, entonces sacudí la cabeza como si hubiera despertado de un sueño y me volví hacia Lucy, que seguía tonteando con los chicos esos. La agarré con fuerza del brazo y la llevé hasta un rincón de la casa en donde nadie pudiera vernos.
- Pero que haces???!!! Ya es oficial, te has vuelto paranoica- se quejó mientras se frotaba el brazo
- ¿Has sentido eso?- le pregunté yo
- ¿Sentir?¿El qué? Oye, a mi no me metas en tus cosas raras, es más dejame en paz por una vez, me estas aguando la fiesta- dijo volviendo a entrar en el bullicio de gente
- Espera, espera- le dije intentando detenerla, pero ya era tarde, se había disuelto entre la multitud.