- ¿ Te gusta?

- Sí, ¿por qué no me dijiste que teníamos biblioteca?- dije girándome para ver a mi padre, que estaba en el fondo de la estancia con libro en mano.

- Sabía que lo acabarías descubriendo tarde o temprano.- y dicho esto, mi padre volvió ha enterrarse en su libro

Empecé a ojear algunos de los libros que estaban a mi alcance, ya que el techo era altísimo y para llegar a los estantes más altos se tenía que subir por la escalera. Escogí Mansfield Park, uno de los libros que escribió Jane Austen. Me encanta esa escritora, era de mi época y me trae muchos recuerdos. Estuve hasta el anochecer leyendo, ya que mi padre empezó una conversación acerca de lo que había descubierto en el bosque.

- Por lo que aparte de unos cuantos ciervos y osos, poco más he visto- le dije yo después de un rato

- Algo es algo, creo que estaremos bien aquí- me dijo con aire distante- ¡ah! por si no lo sabías pasado mañana empiezan tus clases.

- ¿ Tan pronto? normalmente esperas a que pase una semana y nos hayamos acostumbrado a el sitio y estemos bien alimentadas

- En el primero de los casos he de decir que las cosas nunca suceden igual y que creo que en este lugar las cosas cambiaran mucho, en el segundo de los casos, creo que no deben temer por la vida de los humanos, ya tienen bastantes añitos para haber saciado su sed bastante bien.

- Eres... no encuentro palabras para explicarme- le dije al cabo de un rato de silencio que se empezó a hacer bastante incómodo

- Creo que te refieres a que soy bastante frustante, ¿ me equivoco?

- Tu mismo lo has dicho, nunca te equivocas aunque te lo propongas.

Y con esto último acabó nuestra conversación. Cuando por fin amaneció volví a mi habitación a coger un rato el portátil, no tenía nada mejor que hacer... Pasadas unas horas entraron de nuevo mis hermanas y Charlotte.

- De verdad, se me hace un poco extraño verte tendida en esa cama de otra época y con un ordenador al lado. ¿ De verdad no te has planteado redecorar la habitación? es que das pena- me dijo Lucy con cara triste, como si esperara que le dijera que arreglara mi habitación

- Pues no, no me lo he propuesto- le dije con cara de antipatía

- Venga, dejarla en paz, que haga lo que quiera con su antiguo cuarto- dijo Charlotte

- Oye, que tu siempre estas de mi parte- la miré con cara de ofendida

- Pero es que llevan razón, esta habitación es de hace varios siglos- me dijo como si fuera evidente

- ¡ A callar! ¡Nadie insulta así mi cuarto!- dije yo con cara burlona y sorprendida a la vez

- No os preocupeis, ya nos rogará que la arreglemos- dijo Flora con indiferencia

- Por cierto, mañana tenemos clase- les dije yo

- ¡Ah! ¡Que bien, por fin dejo de estar rodeada de gente aburrida!- giró Lucy entusiasmada

- Yo no soy aburrida- se quejó Flora

- ¡ No, no lo eres, pero siempre haces lo que te mandan, eso te hace algo seria!- le dijo Lucy, pero se tuvo que callar, ya que Flora le tiró uno de mis almohadones

- ¡Eso no es cierto, puedo ser como tú si me lo propongo!- empezó a decirle Flora

- Bueno, pero que os pasa, es que no vais a parar de pelearos en todo el día, si vais a seguir así os vais inmediatamente- le dije yo, harta ya de sus discusiones

Por lo que se fueron discutiendo sobre quién era más guapa. Son increíbles, apenas se diferencian en nada, las dos son rubias platino y de pelo rizado como yo, tienen los ojos color chocolate y a simple vista son idénticas. Solo cuando llegas a conocerlas a fondo te das cuenta de que Flora es algo más inocente que Lucy, pero por lo demás, son iguales, hasta en el carácter se parecen.

- Dime, ¿como esperas que sea el nuevo instituto?- me preguntó Charlotte cuando estuvimos solas

- Sinceramente te podría decir que como sea como los habitantes, ya me puedo ir despidiendo de que haya cobertura en el móvil.- le dije a carcajadas

- Jajaja, si es cierto, me volví loca para contactar con Siobhan, Maggie y Liam- me dijo ella entre carcajadas también

- ¡¿Hablaste con ellos, qué contaron?!, puede que convenza a mi padre para que nos visiten. Aunque ahora ya no estemos tan cerca de ellos, todavía les guardo mucho cariño- dije yo con un nuevo brillo en los ojos

- Pues hablar hablar, más bien hablamos poco, la cobertura es malísima, me dio mucha pena que no pudieran venir hasta dentro de unos meses, están de viaje. Pero ten por seguro que vienen a visitarnos en cuanto puedan.- me dijo sentándose a mi lado.
- Creo que pronto los volveremos a ver...


Entré en la casa. Busqué las escaleras que llevaban a mi habitación. Las encontré y entre en ella. Me tumbé en la cama con dosel, que estaba allí más por objeto de decoración que por uso propio. Cogí un libro de todos los que tenía en la mesilla de noche. Orgullo y prejuicio, era mi preferido desde que lo leí por primera vez hace 192 años, cuando tenía 16 años... me quité esos pensamientos de inmediato. Al rato de estar un rato leyendo entraron en mi habitación mis hermanas gemelas.

- Pero Luna, no piensas dejar de decorar tu cuarto estilo "princesa"- me dijo Flora mientras miraba mi habitación

- Ya tienes unos añitos...- me dijo Lucy

- Sí, por eso decoro mi habitación como me dé la gana, porque soy mayor para tomar mis decisiones- les repliqué yo

- Sí, pero es tan... tan... antiguo...- dijo Flora mirando la cama- todavía tienes una cama, pero si no la usas siquiera...

- Sí, pero para mí una habitación sin cama no es una habitación, además es más cómoda que un sofá, aunque tengo una también. En fin dejarme tranquila.- les dije señalando la puerta

- Ven, te enseñaremos como hay que decorar una habitación, la nuestra es preciosa y es super moderna. Tenemos el armario más grande que la habitación- y esto último lo dijo Lucy riendo

- Ah, vaya por lo menos el baño es más moderno...- dijo Flora volviendo de ver el baño- aunque nosotras tenemos una ducha normal y a que no sabes que...

-No, no sé que tenéis...- les dije en tono sarcástico

- ¡Un jaquzzi rosa fucsia!¡Te lo puedes creer, convencimos a papá!- me dijo Flora gritando

- Ohh... vaya, supongo que debería decir que me muero de emoción...- les dije

- De verdad, eres super aburrida y quitas el entusiasmo a cualquiera- me reprochó Lucy
- Si voy a vuestra habitación me dejareis en paz...- les dije
- Ven, que te cuesta, además, seguro que al final nos reclamas para que te redecoremos la habitación- me dijo Flora cogiéndome se las manos para levantarme
Por lo que caminé a su habitación. Estaba en la otra punta, por lo que nos esperaba un largo paseíto. Ellas quisieron tener vistas a la parte delante ra de la casa para ver si venía gente y cotillear. Sin embargo, yo quise tener vistas a la parte trasera para tener mejor acceso a los jardines y ahora también, hacia el bosque. Por fin llegamos y entré en una habitación el triple más grande que la mía. Era rosa fucsia, el color preferido de Flora y Lucy. Tenía grandes ventanales y se veía el camino que llevaba a la carretera del pueblo.
- ¿No es demasiado grande?- les dije admirando la habitación
- Bueno, es de las dos, por lo que...- me dijo Lucy, pero yo le corté
- Bueno, rectifico, es demasiado grande, demasiado rosa, demasiado... todo, os habeis pasado- les repliqué
Si así era la habitación, no quería ver el armario o vestidor, y mucho menos el baño, lo tendrían lleno de cosméticos y revistas de belleza...
- Papá se habrá gastado un pastón
- No, no tanto...- me dijo Flora con aire pensativo- seguro que la biblioteca le habrá costado el doble
- ¡¿Papá tiene una biblioteca?!- les grité
- Sí, es enorme y aburrida...- dijo Lucy
Pero yo ya había salido corriendo de la habitación y estaba bajando las escaleras cuando me lo dijo. Después de estar buscando un rato la biblioteca me encontré con Charlotte.
- Charlotte, ¿donde esta la bibliteca?- le dije hablando muy rápido
- Pues es la última habitación de este pasillo, ¡allí esta tu padre!- esto último me lo dijo gritando, ya que yo había salido corriendo
Cuando entré, me quedé maravillada. Nunca antes había tenido biblioteca, el despacho de mi padre era muy grande y allí habíamos dejado todos los libros que teníamos en mis anteriores casas. Pero esto era enorme, no había visto tantos libros juntos en mi vida...
- Vaya... es más grande que la biblioteca de La Bella y la Bestia...


Pasadas una media hora sin hacer nada, llamaron para tomar la cena. Ni yo ni mi familia comeríamos ni beberíamos nada, me gustaría saber qué excusa tendría mi padre para esta vez. Por lo que me senté al lado de mi padre, ya que soy la hija mayor. Me hizo reír ver a tanta gente en la mesa tan larga y pensar que si supieran lo que somos realmente, pensarían que ellos eran nuestra cena. Pero disimulé mi risa haciendo que tosía, a lo que alguien me dio unas palmaditas en la espalda, por lo que volví cara para ver de quién se trataba. Charlotte, como no, estaba sentada a mi lado, no la había escuchado venir, pero quién escucha algo con todos los murmullos de la gente...


- Te puedes creer, cuando llegué a la habitación de tus hermanas todavía se estaban dando los últimos retoques de maquillaje...- me dijo Charlotte


- Típico de ellas, seguramente las tuviste que arrastrar de los pelos para que llegaran hasta aquí- le contesté yo


- Les dije que para qué tanto maquillaje, si los chicos ya quedarían asombrados por su natural belleza


- Si pero ellas son así, quieren dejarlos embrujados con su belleza antinatural...

Los criados sirvieron la cena y los invitados empezaron a comer.

- ¿ No toman ustedes cena, Sr. Night ?

- No... ya sabe... los cambios horarios...- le dijo mi padre

- Aahh...- se limitó a decir un hombre sentado cerca de nosotros

Vaya, parecía mentira que aquel hombre se haya tragado la mentira, si de Inglaterra a España solo había una hora de diferencia...

- Cuantos años tienes, muchacha- me dijo el hombre que antes se había referido a mi padre

- Tengo 16, señor...- le dije con una sonrisa para intentar ser amable

- Vaya, tienes la misma edad que mi hijo Max, que pena que esté de viaje con sus tíos... pareces mayor para tu corta edad- esto últimos lo dijo con aire pensativo

- Sí, todo el mundo me lo dice...

- No te cuesta trabajo hablar español, por lo que veo.

- Tengo raíces españolas, mi abuela paterna nos enseñó a hablar español a mí y a mis hermanas cuando apenas éramos unas niñas...

Por lo demás nadie me volvió a dirigir la palabra. Sin embargo mi padre no tuvo la misma suerte y tuvo que contestar todas las preguntas que le hacían. Tardaron una eternidad en terminarse la comida. Cuando por fin estaban terminando el postre, nos levantamos y estuvimos sentadas durante casi toda la noche mientras los adultos conversavan.

- Parece increíble que todos estén tan cansados y no son ni las cinco de la madrugada.- me dijo Charlotte

- Compréndelos, necesitan dormir y descansar, aunque creo que no habrán tenido una fiesta así en años...- le respondí yo


Una vez terminada la fiesta fui a dar un paseo por los jardines. Pude observar que la casa tenía forma de U y que en el centro se encontraban la mayor parte de los jardines. Miré a la parte trasera de casa y vi que había un bosque. Parecía bastante denso, no tanto como los que había en Inglaterra, pero suficiente para curiosear durante lo que quedaba de noche. Estuve mirando el terreno y vi que seguramente sería un buen lugar para ir de caza, no creo que los pueblerinos echaran en falta de vez en cuando algún cervatillo o cualquier otro animal. Estuve paseando y vi que estaba empezando amanecer, ya que mi piel empezó a emitir un brillo antinatural. Por lo que corrí hacia mi nueva casa, no fuera que alguien me hechara en falta...

Me levanté del asiento del tocador. Mi pelo parecía un almiar pese a que me los había intentado alisar durante casi toda la noche. Los ojos también me los había maquillado demasiado, para realzar el azul verdoso de mis ojos. Pero no me importaba. Se hacía tarde, todos los invitados estarían ya en el comedor o apunto de comer. Me subí la cremallera del vestido negro brillante que escogió Charlotte para mí. En ese momento llamaron a la puerta.
- Luna, baja, todos los invitados están presentándose- dijeron desde el otro lado de la puerta
- Ya voy, Charlotte- le dije yo

Tardaría mucho en encontrar el comedor, ya que la nueva mansión que habían comprado mis padres era enorme y todavía no me había acostumbrado a ella. No sé porque compraron una nueva casa aquí, en este pueblecito en lo más recóndito del bosque. Me gustaba más la mansión que teníamos en Inglaterra, allí casi siempre estaba nublado y no nos molestaba el sol. Sin embargo, aquí nos tendríamos que mudar una vez llegara la primavera y hasta que llegara el otoño no podríamos volver. Estúpido sol molesto. A mis hermanas les gustaba más este sitio, decían que podrían tener más vida social, ya que el pueblo esta muy cerca. A mis dieciséis años todavía no había tenido ninguna amiga "normal" como decían mis hermanas. A ellas les gustaba más los humanos, eran más divertidos que la mayoría de nosotros, según ellas. Nuestra familia siempre ha sido muy considerada con respecto a los humanos, siempre hemos intentado pasar desapercibidos entre ellos y no llamar mucho la atención por a nuestra dieta.


Bajé por la ventana, bueno, más que bajar, salté desde la ventana. Lo único que me había aprendido eran los jardines, los había visitado durante toda la mañana y parte de la tarde, por lo que no tendría problema de encontrar el comedor una vez haya entrado por el vestíbulo. Cuando llegué estaba todo atestado de gente. ¿ Tanta gente vivía en el pueblo? si cuando pasé ayer en el coche parecía tan pequeño que no llegaría ni a mil habitantes...


Estuve buscando a Charlotte, seguramente estaría buscando a Flora y a Lucy. Capaces son de estar todavía en su cuarto, arreglándose el pelo o el maquillaje, con lo presumidas que son...


Al rato de estar dando tumbos sin rumbo, cogí una copa y me senté en una de las sillas que había dispuestas. Así que esperé a encontrar a alguien conocido...